¿Qué es el principio de importancia relativa?
El principio de importancia relativa es la «norma contable» que indica y muestra la aplicación de criterios contables diferentes a los que estén a priori establecidos. Son a tener muy en cuenta sobre todo si esto provoca variaciones muy poco significativas que al final, no alteran de ninguna forma, la fiel imagen de la empresa.
Definición del principio de importancia relativa
El principio de importancia relativa es una norma contable recogida como tal en el Plan General de Contabilidad, aprobado por Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre. Este principio admite la posibilidad de no aplicar de forma estricta determinados principios y criterios contables o aplicar otros distintos a los establecidos en el Plan General Contable.
El principio de importancia relativa es uno de los principios enunciados en el Plan General Contable. Dicho principio establece como aceptable la no aplicación de alguno de los principios incluidos en el Plan General Contable si la diferencia obtenida al aplicar un principio y al no hacerlo es tan reducida que no altera de forma apreciable la fiabilidad de la información acerca de la situación financiera y las transacciones económicas de la empresa.
¿Qué requisitos exige el principio de importancia relativa?
Para que pueda aplicarse el principio de importancia relativa se establece como requisito necesario que la divergencia entre los criterios aplicados y los establecidos en el Plan General Contable resulte escasamente significativa, en el sentido de que no altere las cuentas anuales de la empresa como expresión de su imagen fiel. Dicho de otro modo, la aplicación del principio de importancia relativa no puede en ningún caso afectar de manera apreciable a la fiabilidad de la información contenida en la contabilidad sobre la situación financiera y las transacciones económicas de la empresa.
¿Cuál es la razón de ser del principio de importancia relativa?
El principio de importancia relativa busca atemperar la rigidez de las normas contables, de tal forma que el empresario pueda utilizar criterios que se adapten mejor a la naturaleza de su negocio. El objetivo último es que los estados financieros de la empresa, contenidos en el balance de situación y la cuenta de resultados, reflejen los hechos económicos de relevancia de una forma cómoda y sencilla, dentro de una lógica contable. Se garantiza de este modo que tales estados financieros se centren en reflejar aquello que tenga una mayor trascendencia económica. Ahora bien, la información reflejada debe seguir ofreciendo un contenido veraz, fiable y relevante que, como tal, no afecte a la imagen real de la empresa.