Ventajas e inconvenientes de ser autónomo
Como todo en la vida, ser autónomo tiene ventajas e inconvenientes. Ni todo es tan bonito ni todo es tan malo. Sólo hay que saber identificar los puntos positivos y los negativos para de los primeros, seguir generándolos y disfrutarlos y de los segundos, aprender para minimizarlos y si se puede, eliminarlos. Ser autónomos es muy gratificante pero también a veces, sacrificado. En estos momentos en los que el Gobierno trae de cabeza a los autónomos con el asunto de las cuotas, ser o no autónomo es una de las cuestiones que más se plantea quién quiere poner en marcha o continuar con su proyecto. ¿Merece la pena? ¿Cuáles son realmente, sin implicaciones emocionales, los pros y contras de ser autónomo? Indaguemos un poco más arrojando luz sobre ambos escenarios. Después, la decisión será de cada cual.
Autonomo vs Asalariado
Esta es la primera pregunta que se hace toda persona que en algún momento, le ha rondado la idea de independizarse profesionalmente ¿qué es mejor, autónomo o asalariado? Pues en realidad, este primer dilema tiene toda su razón de ser. Ser autónomo tiene sus puntazos pero también ser asalariado. Como todo, será decisión de cada persona según su escenario particular en el que entran en juego sus objetivos, necesidades, gustos, situación personal… Al margen de esas circunstancias, los datos objetivos son:
Si eres autónomo, gozarás del mayor privilegio que existe y que todos perseguimos: la libertad (aunque a veces parezca que no). No tienes que darle explicaciones ni rendir cuentas a un jefe (pero sí a tus clientes) que te marquen horarios, días libres, etc. Igualmente tienes más libertad para trabajar cuando, dónde y con quién quieras.
En el caso de asalariado, el mayor beneficio son las prestaciones sociales como el derecho a desempleo si te despiden, vacaciones pagadas e indemnizaciones. No diremos que la seguridad es un valuarte de ser asalariado porque en realidad, no lo es. En cualquier momento puedes ser despedido por más que goces de un puesto y contrato indefinido.
Elegir ser autónomo o asalariado hoy en día dependerá muchísimo (si no todo) de las circunstancias personales de cada uno, de cómo quiera enfocar su vida, de sus objetivos (si quiere tener un proyecto personal – profesional propio o no) así como de las condiciones laborales con las que se sienta más cómodo. Es más una decisión emocional que racional porque ambos escenarios tienen sus pros y sus contras.
Ventajas de ser autonomo
La mayoría de las personas que prueban ser autónomos, están contentos con la situación a pesar de sus desventajas. Será porque goza en realidad (a pesar de las quejas públicas y constantes) de importantes puntos a favor. Y de veras que los hay… No lo decimos nosotros (aunque también porque o somos autónomos o lo hemos probado) sino que lo atestiguan infinidad de profesionales que además de serlo, cada día se lanzan a la aventura y por todos los medios, intentan mantener esta posición.
Libertad y flexibilidad horaria
Si hay una ventaja por la que la mayoría de los autónomos continúan siéndolo después de probar la experiencia, es esta. La libertad no tiene precio… Literalmente. Ser autónomo te permite “volar” y dependiendo de la actividad que realices, en un nivel u otro. Hay quien con su ordenador puede trabajar desde cualquier parte del mundo (como la que aquí escribe) sin dar explicaciones a nadie. El horario no es un problema para nadie mientras que las tareas estén hechas, la organización y disposición de las vacaciones es libre… Solo se informa a los clientes de los días en los que no se estará disponible (no se pide permiso).
La flexibilidad horaria (repetimos, en la mayoría de los casos de los autónomos) es absoluta y solo se verá alterada por determinados compromisos adquiridos por interés del propio autónomo.
Poder modular tu jornada de trabajo según te apetezca (si eres más de trabajar de mañana, de tarde – noche o trabajar mucho durante 3 días y luego descansar 4) es algo que cuando lo pruebas, es imposible soltar así como así. Irte a desayunar y/o a pasear si estás saturado sin tener que dar explicaciones o atender esa comida con amigas porque ahora te apetece… ¡Es el mejor regalo del mundo!
Mayor probabilidad de ganar mas dinero
Sí, esto también es así. Y es que por duro que sea para un autónomo luchar contra la competencia (que hay muchísima… Actualmente todos hacemos mas o menos lo mismo y hay muchísimo buen profesional de todo), “pelear” por un presupuesto, negociar y conseguir que el cliente pague las facturas, etc, etc… Un autónomo tiene una posibilidad de crecimiento económico mucho más amplia que un empleado por cuenta ajena.
Un asalariado pacta un sueldo en un momento determinado (normalmente a la entrada en la empresa) y después, podrá solicitar aumentos o vendrán de parte de la compañía. Sea como sea, el crecimiento económico está muchísimo más controlado y no depende del profesional.
En el caso del autónomo, este puede modular en muchísima mayor medida, su generación de ingresos. Si quiere ingresar más (o necesita), puede incentivar su trabajo, dedicar más horas, hacer push en su marketing y conseguir más trabajo. Si por el contrario está en una época en la que prefiere hacer otra cosa o atender otras necesidades, bastará con trabajar menos. Lo que sí es cierto es que el límite de ingresos no lo pone un contrato ni otra persona.
Desgravar el IVA de muchos gastos
El bendito IVA. Es uno de los puntos positivos que tiene un autónomo. Que se podrá desgravar el IVA en su declaración trimestral… De todos los gastos relativos con su actividad. Cuidado porque esto no es incluir todos los gastos que haga en su vida en el día a día. Oficialmente, deben corresponder a la actividad profesional que desempeña. Es decir, que sea un gasto propio del trabajo (comprar un ordenador, gasolina si se necesita para desplazamientos del trabajo, etc).
No es una panacea y no es viable incluir todo lo que se compra pero sí es verdad que hay muchos gastos que están justificados por ser del trabajo de los que se recupera el IVA en la declaración trimestral. Gastos que además contarán como compras y “no enriquecimiento” en la Declaración de la Renta.
Alta e inicio de la actividad mas rápida y fácil
El autónomo podrá decidir de forma propia cuándo y cómo empezar, parar, continuar, modificar su negocio y de ahí, dar más o menos vida a su proyecto. Con sólo darse de alta como autónomo, podrá facturar directamente cualquier trabajo realizado.
No necesitarás (dependerá del proyecto) una gran inversión para empezar. Los asesores, abogados, diseñadores gráficos, marketing, comunicación, programadores y un largo etcétera, solo necesitan de un ordenador y una conexión a internet (que hoy en día en cualquier sitio la hay) para empezar con su proyecto… ¡facturando! Y ganando dinero.
Lo que trabajes es para ti
Y por supuesto, el gran valuarte de ser autónomo es que lo que cobras, lo que ganas… Es para ti (hablamos siempre de generalidades). No hay una empresa detrás para la que estás haciendo el trabajo y tu cobras un sueldo (como en el caso de los asalariados). No tienes que entregar tus ganancias a otro… Lo que cobres y facturas, sea más o menos, después de pagar tus gastos y obligaciones, será exclusivamente para ti o para quien tu determines.
Desventajas de ser autonomo
Por supuesto, esto de ser autónomo no es el mundo de Alicia en el País de las Maravillas (o quizás sí) porque ahí parece todo perfecto y estupendo pero detrás de cualquier champiñón, se esconde una encrucijada. En el mundo de los autónomos, es un poco igual. Ante todas estas ventajas que se disfrutan desde el instante en el que se decide ser profesional independiente, también hay otras desventajas – situaciones menos agradables a las que hay que hacer frente. Aprender a gestionarlas ayudará a minimizar su impacto y evitarán que hagan que desesperes en la carrera por ser tu propio jefe o como me gusta más, el dueño absoluto de tu vida.
Sin salario fijo
La libertad económica de la que hablábamos antes (esa de que puedes ganar aquello que tú te propongas y que el límite sólo lo pones tu) tiene su contra. No hay seguridad, no hay un salario fijo a final de mes. La incertidumbre económica se convertirá en tu mejor amiga y tendrás que aprender a lidiar con ella.
Hay quien lo lleva bien, otros que lo gestionan de forma regular… Todo depende de la persona y de nuevo, de las circunstancias personales de vida. Puede que necesites un lineal mensual no solo de ingresos reales como tal sino porque te ayuda a estar “tranquilo” sabiendo que cubrirás tus gastos (aunque tengas colchón de seguridad). En este caso, este puede ser un gran handicap a la hora de emprender pero, no el más grave. Es superable (te lo comento por experiencia).
Una de las claves que puede ayudar a solventar esto es, de vez en cuando y sobre todo al principio, trabajar mucho y hacer un buen acopio de recursos económicos. Estos te servirán de red de seguridad si en algún momento las vacas flaquean, si hay un momento de enfermedad o si quieres tomarte unas vacaciones.
No tendrás salario fijo… O sí. Hay autónomos que viven de fee’s mensuales con los que se generan un salario fijo. ¿Que se puede perder porque el cliente prescinda de los servicios contratados? Pues igual que cuando te despiden de un trabajo. Eso sí, de todo se aprende y es muy saludable en el contrato inicial con el cliente, pactar un pre-aviso de finalización de servicios (truquitos así, buenos, de los que se aprenden con los años).
Responsabilidad total con la deuda
Otro aspecto que si eres autónomo deberás tener siempre sobre tu radar es que la deuda que adquieras en nombre de tu proyecto será absolutamente responsabilidad tuya. No es algo como en el caso de los asalariados que trabajan para otros y son estos otros los que finalmente responderán a los posibles problemas y deudas. Aquí el autónomo se guisa y se lo come y muchísimo más si no tiene constituida una sociedad mercantil (en este caso, se separan las responsabilidades y en caso de deuda, no se responde con los bienes personales).
Como en todo, el autónomo es el gran responsable (y único) de lo que acontece en el negocio. En el caso de las deudas, más a más. Cuidado con asumir lo que luego no se puede soportar.
Carga fiscal mas alta
¿Es realmente así? Bueno, depende. El asalariado tiene una serie de retenciones en su nómina que dependiendo de sus condiciones será más alta o baja. En el caso de los autónomos es cierto que tienen que pagar el IVA de las facturas emitidas (cobros recibidos) pero si somos estrictos, este importe extra correspondiente al IVA no es del autónomo (hace de mero recaudador) y no interfiere (o no debería) en sus cuentas personales.
Lo que sí hay que ir sumando de cada factura es el IRPF que el cliente va a retener (que después se regularizará en la Declaración de la Renta) y la cuota mensual de autónomos a la que siempre, habrá que hacer frente (y cuidado si te descuidas un solo día de pago).
Por contra, el IRPF puede estipularlo o elegirlo cada autónomo sobre todo al comienzo de su actividad. Durante los tres primeros años de ser autónomo, puede adjudicarse el 7% de IRPF de cada factura. Posteriormente a esos tres años, deberá subirlo al 15%.
Si el autónomo además ha constituido una sociedad mercantil, esta tendrá que hacer frente a las obligaciones de autónomo societario además del impuesto de sociedades (tipo variable 21% sobre el total de los ingresos).
Dificultad de financiación
Y para terminar algunas de las desventajas de ser autónomo no puede faltar la de la dificultad de financiación en todos los aspectos (no solo en cuanto al ámbito profesional se refiere). Por alguna extraña razón, ser autónomo parece que demuestra inestabilidad y los bancos son más reticentes a otorgar préstamos para el desarrollo de la actividad. Si ya se pide una hipoteca para una vivienda personal siendo autónomo, estará peor valorado que si se aporta una nómina (como si las nóminas fueses eternas y aseguradas para toda la vida).
En fin, como decíamos al comienzo, ser autónomos tiene sus pros y sus contras. ¿Es mejor ser autónomo o no serlo? Siempre dependerá de cada uno pero, como apunte, si te ha rondado la idea alguna vez y de vez en cuando, por más que la apartas, vuelve, es que el gusanillo de profesional independiente o freelance (como cada uno quiera llamarlo) está ahí. Intentarlo siempre es un éxito. Eso sí, alíate con las mejores herramientas para hacer que sea más fácil ¿Pruebas billage?
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