¿Cuándo dejar de ser Autónomo y ser Sociedad Limitada?
Si eres autónomo seguramente te hayas hecho esta pregunta en numerosas ocasiones y es que siempre pretendemos y ansiamos crecer y además, tenemos siempre la intención, al ser autónomo, de dejar de serlo para ante todo, separar nuestra identidad personal de la fiscal y por lo tanto, diferenciar nuestra parte como persona de la del trabajo aunque sea nuestro propio proyecto.
Pero es que dejar de ser autónomo y pasar a constituir una empresa (una Sociedad Limitada en este caso que sería el siguiente escalón) no es una decisión que se pueda tomar a la ligera sino que debe ser algo meditado y sobre todo, considerado con números reales sobre la mesa. Porque dejar de ser autónomo y convertirse en SL tiene beneficios pero también otras particularidades no tan positivas que hay que tener en cuenta antes de subir el citado escalón.
Ante todo: ¿Qué es una Sociedad Limitada – SL?
Para poder tomar una decisión acertada de si es conveniente para ti como autónomo (porque cada caso es un mundo) dar el paso y convertirte en Sociedad Limitada, lo primero que hay que saber y conocer bien es qué es una SL, en qué consiste y qué obligaciones fiscales tiene así como los beneficios.
A grandes rasgos una Sociedad Limitada es una denominación social y fiscal para las empresas de determinada extensión o volumen que está formada por un único socio o por varios (dependiendo de lo que tú elijas, por eso, porque se puede conformar con una única persona es el siguiente paso a ser autónomo) y que requiere de un capital social de 3.000 € (ya sea en efectivo o en bienes de la propia actividad – empresa). Para poder tener una SL necesitas un domicilio fiscal y también social (aquí puedes ver las diferencias entre ambos porque no son lo mismo a efectos de empresa) y por supuesto, lo que más importa en la SL son sus responsabilidades ya que en este caso ya no recaerán en ti como persona física (contra tus bienes personales) sino como persona que gestiona una empresa y ostenta el cargo de administrador de la misma.
Si como autónomo dejas de serlo para convertirte en una Sociedad Limitada deberás designar quién será el administrador o administradores de la misma en caso de que haya más socios en la misma.
Como autónomo vas a tributar en el Régimen Especial de Trabajadores y estarás sujeto a los denominados “tramos” lo que significa que a más beneficios, más impuestos (IRPF) vas a pagar. Pero en el caso de las SL y las empresas la tributación es fija lo que significa que no depende del volumen de ingresos (el Impuesto de Sociedades es del 25%).
Para el caso de las deudas que puedan derivar de tu empresa, si que hay diferencias ya que como autónomo vas a hacerte cargo de ellas de forma “personal” y en caso de no poder hacer frente, las mismas “irán contra tu patrimonio personal” algo que puede ser muy peligroso en el momento que empieces a asumir determinadas deudas profesionales. Si te conviertes en Sociedad Limitada hay una protección importante y a tener en cuenta del patrimonio personal que no se podrá tocar por las deudas derivadas de la actividad profesional. Son los 3.000 € de capital social aportado para la constitución lo que estará en riesgo únicamente.
También es importante pasar a ser una Sociedad Limitada para cambiar la forma de presentarte al mundo y es que si quieres trabajar con grandes empresas, compañías y corporaciones es mucho mejor y da mayor “empaque” ser una SL que un autónomo unitario ya que se considera que una SL puede dar mayor soporte y sobre todo, las grandes empresas puede ratificar tu solvencia (no en el caso de los autónomos).
Y si necesitas ampliar capital o pedir cierta financiación para tu empresa, como Sociedad Limitada puedes hacerlo y pedir ciertas ayudas y subvenciones que como autónomo, no están disponibles.
*Para más información detallada sobre Sociedad Limitada, puedes visitar y ver esta Guía completa.
¿Cuándo es el momento de dar el salto?
Pero lo que realmente nos importa y ocupa en este post es cuando es el momento más adecuado de subir el escalón si eres autónomo. En realidad, la decisión es fácil y todo depende de tu volumen de ingresos y facturación (en términos genéricos y globales porque siempre hay excepciones como aquellos negocios que tienen determinada responsabilidad – tales como arquitectos – que quizás les conviene ser SL desde el inicio. Son casos particulares a estudiar).
Como decíamos anteriormente, una Sociedad Limitada tributa en un porcentaje fijo independientemente del volumen de ingresos que genere por lo que si como autónomo estás facturando por encima de los 40.000 – 50.000 € anuales, es el momento de empezar a considerar la opción de pasar a Sociedad Limitada y dejar de ser autónomo (porque en ese tramo ya estarás pagando de IRPF el 37% y por encima de los 60.001 € – el 45%).
Lo que si hay que tener en consideración mirando este planteamiento es qué vas a hacer con los beneficios de tu empresa. Si como autónomo tienes ingresos superiores a los 40.000 € pero los beneficios íntegros te los “quedas” de forma personal, es igual seguir siendo autónomo que empresa ya que tributarás por ellos igualmente. Es en el caso de que destines beneficios a patrimonio de la sociedad o reinvertirlos cuando realmente te interesa el cambio.
Dicho esto, el cambio de autónomo a Sociedad Limitada vendrá ante todo, marcado por tu volumen de ingresos y facturación. Después, ya será momento de ver características especiales y detalles de cada caso. Como autónomo pagarás tu cuota mensual algo que seguirás haciendo como SL también (porque necesitas ser autónomo para poder ser administrador) pero tendrás otra serie de beneficios. ¿Es tú momento?
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