Elaborar una encuesta que todo el mundo conteste
Preguntar es el camino más corto para llegar… ¿hacemos una encuesta? Los que nos dedicamos al marketing y la comunicación corporativa empleamos la mayoría de nuestro tiempo diario en investigar y conocer en profundidad qué quieren y/o qué necesitan nuestros usuarios para después, implementar esas necesidades a cubrir en nuestro servicio o producto. Adelantarnos a lo que buscan y ofrecérselo en formato de acción de marketing es nuestro principal objetivo y lo que nos ocupa la cabeza. Afortunadamente, en estos momentos disponemos de mayor acceso al consumidor y en tiempo real gracias a la comunicación bidireccional y la oportunidad de expresión que aporta Internet. Con las redes sociales no solo han ganado los usuarios sino también, y muchísimo, las empresas que podemos acceder a gustos y deseos teniendo la opinión objetiva de la comunidad al instante. Este, el poder disponer de estos datos, conforma un valor impresionante y no cuantificable. Todas las redes sociales, sea la que sea, nos aporta muchísima información lista para analizar: mercado, edad, sexo, gustos, estudios, profesión, ámbito geográfico… sin contar con los comentarios escritos desde las teclas de los usuarios que hablan de forma directa. Pero… realmente, ¿Tenemos toda la información que queremos o necesitamos? Cierto es que tenemos mucha documentación pero no siempre corresponde a las necesidades de la empresa. ¿Cómo saber entonces lo que quiere el usuario según nuestras necesidades puntuales? Como siempre, desde tiempos ancestrales, la mejor opción para saber algo es siempre… PREGUNTAR. La fórmula de hacer una pregunta para obtener la respuesta buscada quizás está infravalorado actualmente. Nos cuesta o nos da vergüenza preguntar puede que por temor a la respuesta, o por molestar al usuario pero él (el cliente objetivo) quiere realmente que satisfagamos sus necesidades y estará encantado de que le preguntemos por sus gustos. ¿Por qué no hacerlo? Preguntar funciona, porque la gente responde y que no quiere, desecha la pregunta y a otra cosa. ¿Y cómo preguntamos directamente al usuario? Con las encuestas. Si, aunque parezca mentira, las encuestas son una herramienta muy potente en cualquier acción de marketing. Llegarás a través de un mail a tu usuario y en él, le incluirás la encuesta. Él podrá elegir si hacerla o no y las respuestas te llegarán al momento. Claro está, que contesten o no dependerá del interés que despierte la encuesta en ellos. No solo por el contenido o el tema sino, y casi más importante, en cómo se lo preguntes… es decir, cómo se lo presentes. Todos sabemos que hacemos y leemos lo que nos “entra por los ojos” y en el caso de las encuestas mucho más. Hay determinados parámetros que no debemos olvidar a la hora de preparar una encuesta para nuestra comunidad.
Consejos para diseñar una encuesta efectiva y que todo el mundo quiera contestar
- El tema: elige bien el tema de tu encuesta. Que sea claro, que el usuario lo identifique rápido con sus necesidades, que levante el suficiente interés como para que se adentren a realizar la encuesta.
- El asunto del mail: este punto es básico. Sin un asunto que capte la atención del usuario tanto como para que abra el mail, estás perdido. Perderás la opción de éxito de la encuesta antes de empezar. Piensa en asuntos directos, atractivos, que dejen claro lo que incluye el mail. Puedes seguir algunos consejos de “cómo elaborar un asunto de email” tales como incluir una pregunta, una enumeración (los números impares funcionan mejor) o una sorpresa.
- El formato: normalmente hacemos las encuestas con alguna aplicación online como Typeform y debemos introducir el enlace en el mailing. ¿Cómo vestir el enlace? Con una imagen y call to action muy muy atractivo, de esos que no te puedas resistir a clicar y abrir.
- Número de preguntas: este punto es fundamental. No hagas millones de preguntas ya que si no corres el riesgo de fuga incluso en la primera pregunta. Todos estamos muy ocupados y no podemos perder un rato en contestar y contestar sin que tenga un final. Por eso, elige bien las preguntas, que sean las necesarias para obtener la información básica. Mejor hacer dos encuestas separadas en el tiempo que una eterna.
- Formular las preguntas: se claro, no líes la pregunta de manera que nadie lo entienda. Facilita el trabajo y la comprensión. Cuanto más fácil sea de entender más rápido contestarán y menos abortarán la misión. Pregunta una sola cosa en cada pregunta, si dejas la pregunta muy ambigua, estás perdido.
- Las respuestas: no des tampoco muchas opciones, con 4 – 5 está más que bien y evitarás las dudas entre dos posibles soluciones. De nuevo, facilita el trabajo todo lo que puedas al usuario.
Con todo esto, construye una encuesta atractiva y si puede ser divertida, mucho mejor. Todo lo que aporte entretenimiento, tiene mayor índice de éxito. Piensa en ti mismo antes de configurar y enviar una encuesta: ¿la harías? ¿te aburre? Aporta creatividad en el asunto del mail y también en cómo conseguir que el receptor llegue a las preguntas y respuestas. Usa a tu entorno como conejillos de pruebas: envía la encuesta a tu círculo y que te den un feedback. Por último, siempre que puedas ofrecer algo a cambio de las respuestas, aportarás un extra de motivación… y para terminar, preguntamos nosotros ¿Qué te parecen las encuestas? Recuerda, siempre que necesites saber algo… Pregunta!
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