Cómo ser creativo sin perder productividad
Creatividad y productividad no siempre se ven como conceptos complementarios, por el contrario se suele pensar que el creativo es alguien que puede tener momentos de brillantez y genialidad, pero cuya productividad es, cuanto menos, poco regular. Y, por otra parte, también se tiende a pensar que para una gran productividad hay que dejar de lado lo creativo e ir por el camino de lo práctico. Ante todo, debo decir que hay algo evidente: si pretendemos trabajar a destajo, con una productividad medida desde un punto de vista únicamente cuantitativo y no cualitativo, más nos vale guardar el tarro de la creatividad en una maleta y lanzarla al fondo del mar. Igualmente, si en el ejercicio de nuestro trabajo lo que hacemos es tumbarnos al sol y esperar a que la divina inspiración nos ilumine con su gracia, lo tenemos realmente mal. Bueno, si trabajamos por cuenta propia. Si es por cuenta ajena no es que lo tengamos mal, es que no nos van a aguantar ni tres minutos.Por lo que, cuando uno trabaja como autónomo, es realmente crucial conseguir este punto medio ideal entre la creatividad y la productividad. O, mejor dicho, canalizar la creatividad para que redunde en una mayor productividad laboral. ¿Cómo hacerlo? No hay un manual, pero ahí van unos consejos: Planificación: es, probablemente, el factor principal. Y lo digo por propia experiencia. Por más capacidad intelectual que tengamos, siempre, siempre, habrá algo que escapará a nuestro control, que olvidaremos o que acabaremos recordando, pero mal. Cuando empezamos nuestra jornada de trabajo, si no llevamos ningún control de lo que hacemos, hemos hecho y nos toca hacer, perderemos una gran cantidad de tiempo en revisar todas nuestras tareas pendientes y rebuscar todos los documentos o materiales que vayamos a necesitar. Por el contrario, algo tan simple como apuntar en una libreta los trabajos pendientes, y bien ordenados todos los materiales asociados, nos permitirá empezar a ser productivos desde el primer minuto de nuestra jornada. Olvidaos de horarios: es imposible saber cuánto tiempo nos ocupará esto y lo otro. Pero por lo menos tengamos uno orden sobre las cosas. Sentiréis una gran satisfacción cuando, al finalizar uno de los trabajos, podáis eliminarlos de vuestra lista de pendientes. Gestionar proyectos online os facilitará mucho la tarea. Crear el ambiente propicio: para que una mente creativa sea realmente productiva, necesita de un ecosistema favorable, necesita disfrutar con aquello que está haciendo. La simple mecánica es una cárcel para la inspiración. Debemos trabajar a gusto, empezando por un entorno cómodo y confortable, música inspiradora si nos resulta de ayuda, y margen para poder experimentar con las ideas que se nos vayan ocurriendo. Adaptabilidad: debemos ser adaptables, flexibles. Desde todos los puntos de vista. Flexibles en cuanto a horarios, ya que cada uno tiene unos biorritmos determinados y hay que saber adaptarse a ellos. Flexibles también en cuanto a la exigencia, porque es humano no estar siempre igual de inspirado, y hay que aprovechar los días de inspiración para trabajar cuanto podamos, sin mirar el reloj, y disfrutando de ello. Y, a su vez, saber ver cuándo no tenemos nuestro día y aprovechar para hacer un descanso y desconectar un poco. Hay otras medidas que también podemos tomar para que nuestra creatividad nos permita ser eficazmente productivos , pero no debemos exigirnos demasiado, por lo menos en un principio. Para empezar, siguiendo estas tres reglas básicas obtendremos resultados rápidamente y de una forma muy visible, que nos llevarán por la senda no solo de la productividad, sino de la evolución y el progreso profesional.
«Si quiere trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar.» John Cleese
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