¿Qué es CAPEX?
Capex, seguro que has escuchado esta palabra a menudo y sabes que está relacionada con los negocios pero no sabes exactamente con qué ni como. Y es que no sabes al detalle qué es ni qué abarca. CAPEX son las siglas en inglés que denominan a lo que aquí conocemos como Plan de Inversiones de tu empresa.
¿Qué es el Plan de Inversiones o Capex?
Decir que Capex es el plan de inversiones de una empresa es algo muy genérico y que pocos podremos aterrizar llegados el momento. Nos quedaremos, si no indagamos más, con lo que significa este término y poco más.
Bajándolo a la tierra, al día a día, el Capex es el dinero (que no un gasto) que una empresa realiza en bienes que van a generar un beneficio posterior al negocio. Es decir, a la compra de “activo no corriente”. Y es que el Capex o lo que gasta en algo que reportará más y mejores beneficios pasa a ser una inversión.
Con esa inversión que se realiza, no sólo conseguiremos más beneficios sino que el valor de la propia compañía aumentará al generar mayor valor a todos los activos que ya existen.
El Capex cobra suma importancia porque nos ayuda o mejor dicho, nos indica, el ciclo de vida en el que está la empresa en el momento de la consulta y nos arroja mucha luz con lo que será de la compañía en los meses – años venideros.
Los activos no corrientes: ¿a qué corresponden?
Los activos no corrientes de una empresa, aquellos que se compran con lo disponible que dice el Capex (plan de inversión) son la denominada infraestructura fija de una empresa que es la que nos permite comprar, vender y sobre todo, en general, comercializar todos los servicios / productos de nuestra empresa. Para que se considere infraestructura fija esta estará en la misma más de un año.
¿Qué tipos de activos no corrientes podemos tener en la empresa?
- Tangibles: los que se “pueden tocar”. Como por ejemplo un local, mobiliario, una oficina, maquinaria, ordenadores, una reforma de nuestro local… Todo lo que es físico.
- Inmateriales – intangibles: no se “pueden tocar” y los podemos englobar en tres grandes grupos para que nos sea más fácil identificarlos.
- Propiedad intelectual: las patentes por ejemplo, las marcas que registremos, el derecho a usar las marcas de otros a modo de franquicias.
- Desarrollo de software: los que hagamos nosotros (no los que compremos para usarlos como Word o similares).
- Fondo de comercio: las diferencias contables en un proceso de compra-venta de empresas.
- Financieros a largo plazo: estos activos son los que estarán más de un año “activos” en nuestra empresa y no queremos especular con ellos. Por ejemplo es comprar unas acciones y guardarlas para formar parte como accionista de esa empresa. Estos últimos son menos corrientes en las empresas de nueva creación o que tienen poco recorrido.
¿Cómo calcular el Capex?
Tras el desarrollo en el punto anterior de las partes de nuestra empresa o los activos no corrientes que lo componen, para poder calcular el Capex habrá que sumar los activos no corrientes tangibles y los intangibles. Así tendrás el total que estás destinando a activos no corrientes en este momento.
Los indicadores Capex
Para poder deducir si nuestra empresa está en un punto positivo o por el contrario, negativo – declive, solo bastará con analizar el Capex y extraer conclusiones aunque hay que relacionar siempre esta cantidad monetaria con el momento de la empresa.
Al arranque de los negocios, el Capex suele ser elevado porque hay que realizar las inversiones iniciales para poder poner en marcha el proyecto. Hay que comprar los ordenadores, alquilar local, mobiliario, etc… Y todo esto suma y sigue en el Capex.
Si el Capex, en un momento determinado es superior o está por encima de las depreciaciones del activo fijo, nos está indicando que la empresa está creciendo muy rápidamente y podemos así tomar otra serie de decisiones.
Pero, cuando hay que tener cuidado y hacer que salten todas nuestras alarmas para tomar cartas en el asunto es cuando el Capex está en la línea de las depreciaciones o por supuesto, está por debajo de estas. En ese momento, hay que cambiar rumbos porque la empresa está en declive y el Capex nos está avisando como un dolor de garganta muestra una gripe.
Eso sí, de nuevo, habrá que tener en cuenta otros aspectos que van a modificar no este número – Capex sino el por qué está reflejando algo que quizás, no es. Puede que el Capex esté muy elevado porque al finalizar un ejercicio con beneficios hemos decidido renovar los ordenadores o el mobiliario de la empresa (que ya le hacía falta). Esto, que es positivo porque es renovación e inversión se reflejará de otra manera en el número resultante con lo que habrá que valorar el conjunto.
También puede pasar lo contrario, que el Capex sea bajo y nos de una alegría pensando que la empresa está creciendo y realmente no es así sino lo que ocurre es que nuestro negocio es de servicios y no necesita de inversión recurrente.
Sea como sea, para pode tener tu Capex a raya y siempre saber cuál es su estado, necesitas un programa de gestión de facturación y de estados financieros. Con Billage, desde tu móvil / Tablet / ordenador podrás ver, en un solo vistazo, el estado de tus inversiones, tus gastos y tu facturación. Así, visualmente, podrás tomar decisiones y evitar que nada, te quite el sueño.
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