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Startup, Pyme, Gran Empresa, ¡El tamaño!


No es el que tamaño importe, no es esa la cuestión. Es que en este caso, determina para acogerse a una serie de casuísticas que nos pueden beneficiar según la situación. Startup, Pyme, Gran Empresa… El tamaño de tu negocio importa para que puedas trazar un plan de acción muy personalizado y atacar allí donde puedas encontrar las mejores soluciones y las herramientas adecuadas. Descubramos con detalle y sin errores las diferencias y similitudes entre los diferentes tipos de proyectos empresariales. A partir de aquí, ya elijes tú en cual quedarte o por dónde transitar.

Startup: ¿Qué es?

En los últimos años, el uso del término startup ha crecido exponencialmente y no solo su uso sino por supuesto, como no podía ser de otra manera, su existencia. El término anglosajón define un modelo de negocio que en su momento fue novedoso (aunque si indagamos, siempre ha habido startups en el entorno profesional – emprendedor) y que llegó, se instaló en nuestro escenario y se quedó tanto que cada vez hay más startups y están valoradas al alza y no solo económicamente.

Una startup es un modelo de negocio que parte de un equipo emprendedor que tiene una idea nueva, diferente, que cubre una necesidad del mercado y que se desarrolla de forma rápida y exponencial con recursos limitados.

Si hay algo que determina una startup es su velocidad, su creatividad, su impulso, energía e innovación.

Suelen ser de tono tecnológico porque ahora mismo son los proyectos que más cuota de mercado ofrecen, que más ideas propician y que permiten un escalado mucho mayor con menos recursos y en menor tiempo. Además, el perfil del emprendedor que tiene esta idea suele ser de mentalidad joven y muy adaptado a las nuevas tecnologías. Tecnologías con las que casi ha nacido y que tienen muy integradas en su día a día. No tienen cortapisas en la digitalización, ni apego (como las empresas familiares por ejemplo) y su único objetivo es desarrollar el proyecto, hacerlo crecer y venderlo para poder ponerse manos a la obra con otro nuevo.

Los emprendedores que están detrás de una startup son creativos por naturaleza y siempre tienen ideas en el cajón para desarrollar y con las que ponerse a trabajar.

Pyme: ¿qué implica?

En contrapunto (o quizás no tanto) está la Pyme. Este término nos es más conocido y lo utilizamos de forma más habitual desde hace más tiempo. Y es que sus siglas representan un término en castellano y que sabemos definir a la primera.

PYME, pequeña y medina empresa representa lo que dice. Sin más secreto. El término abarca un amplio abanico de posibilidad profesionales y laborales de cualquier índole de actuación. Lo que determinará la categorización de la tipología de empresa en este aspecto será el volumen de empleados de la misma así como su facturación.

Una Pyme abarca desde una microempresa (máximo 10 empleados y hasta 2 mll. € anuales de volumen de negocio); pequeñas empresas (entre 10 y 50 trabajadores y hasta 10 mll. € anuales) y medianas empresas (hasta 250 empleados y hasta 50 mll. € anuales).

Gran empresa

Al margen de las startups y las pymes, encontraremos las grandes empresas que serán todas las que estén por encima de 250 empleados y más de 50 millones de € de volumen anual de negocio.

El sector de negocio y empresarial en el que desarrollen su actividad es indiferente ya que lo que determinará su consideración de gran empresa es el volumen de negocio y el número de empleados.

Claves que diferencian a una startup de una Pyme

Las diferencias entre startups – pymes y las grandes empresas están a priori, bastante claras (ya que estás últimos estarán por encima de un volumen importante de negocio). La gran duda siempre está en cómo identificar las diferencias entre startups y pymes. Pueden parecer lo mismo pero realmente no lo son. Las primeras responden a un objetivo más corto en el tiempo, una ejecución más veloz y la forma de financiación de las mismas.

  • Innovación

La innovación o la visión que se tiene de la misma en las startups es mucho más ambiciosa que en el caso de las pymes. Y no es que las pymes no miren por la innovación sino que en la mayoría de los casos, por su recorrido, son más conservadoras y vienen de nichos de negocio más clásicos.

En las startups la innovación es la piedra angular dado también su carácter actual y su momento de creación. La innovación está intrínsecamente instalada en el adn de las startups y es su motivación principal.

  • Trabajo en equipo

El trabajo en equipo en las startups es básico y fundamental. No se concibe una startups en la que todos los miembros del equipo no tengan totalmente integrada la importancia de trabajar en equipo, compartir ideas, aunar esfuerzos y repartir responsabilidades.

En una pyme, con estamentos aún más conservadores, el trabajo en equipo si bien ya se está implantando suele destinarse a algunas labores, áreas y momentos.

  • Enfoque

Este punto también es muy determinante a la hora de identificar las diferencias entre una startups y una pyme.

En el caso de las pymes, estas se enfocan en servir a un mercado concreto sobre todo nacional o local incluso. Algo mucho más acotado. Pero las startups están mucho más abiertas a ámbitos internacionales y globales. No tienen límite.

  • Financiación

La financiación es clave para esta distinción. En el caso de las pymes esta suele venir de fondos propios, de los accionistas y de posibles préstamos bancarios. Las startups no suelen contar con fondos propios por lo que desde el principio buscan financiación externa con business angels y/o inversores.

  • Objetivo

Y por último pero no menos importante, el objetivo para el que se crea una pyme y el de una startup también son diferentes. Normalmente las pymes están enfocadas a su permanencia y a hacerlas crecer más y más para convertirlas en empresas que perduren incluso, en la familia del creador.

El objetivo de una startup es hacerla funcionar exponencialmente y después, venderla al mejor postor. Es cuestión de objetivo y también, de apego.

 

No es lo mismo una startup, una pyme que una gran empresa. De esto estamos convencidos pero también lo estamos de que ninguno de ellos es mejor ni peor que el resto. Es cuestión de momentos vitales profesionales, de objetivos, necesidades y recursos. En billage estamos para apoyar a todas a ellas y hacerles la vida más fácil, llevadera y ágil. ¿Empezamos?

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