¿Cómo mejoro los fondos propios de mi empresa?
Los fondos propios es una de las primeras cosas que mirarán en tu empresa cuando la analicen, ¡Descubre cómo mejorarlos! Ya sea a la hora de pedir un préstamo o un crédito, de firmar determinados contratos que requieren de un grado de solvencia y estabilidad elevado o incluso posibles inversores que quieran participar o adquirir tu empresa, uno de los aspectos contables que primero se revisa son los fondos propios de la sociedad. De igual modo, y si eres tú el inversor, también debes tenerlo en cuenta de cara a revisar esta partida del balance para valorar adecuadamente la empresa.
¿Cómo mejoro los fondos propios de mi empresa?
Para mejorar los fondos propios de tu empresa puedes llevar a cabo diferentes acciones u operaciones que darán una imagen más férrea de la misma:
1) Ampliar capital con una prima de emisión
Cuando amplías capital en tu empresa, la nueva aportación o la capitalización de préstamos que puedas realizar se convierten en capital directamente, pero hay una opción, que cada día es más utilizada y, en determinadas situaciones es indudablemente la más adecuada, en las que se pueden mejorar paralelamente los fondos propios. Cuando se realiza una ampliación de capital y una de las partes, ya sea por ser un socio nuevo, ya sea para compensar una determinada aportación de trabajo o know-how de la otra parte, tiene que aportar mayor cantidad de fondos, pero todos ellos no se pueden llevar a capital más que en cierta medida para mantener la proporción de control de la sociedad, se emite una prima de emisión. Esta prima de emisión no es capital social puramente (no se representa por participaciones o acciones), sino que se incluye en los fondos propios y es una forma de aumentar los mismos de cara a una mejor imagen de la sociedad.
2) Aportar bienes a la empresa, en especie
A la hora de realizar aportaciones a tu sociedad, y al contrario de lo que muchos creen, no es necesario que se haga inyectando dinero en metálico en la sociedad, sino que también puede hacerse aportando bienes. Por ejemplo, una aportación podría ser un coche, un local que se dedique a las oficinas de la empresa, o incluso una marca registrada que se ceda a la empresa. A la hora de realizar estas aportaciones tienes que tener en cuenta que, si se trata de una sociedad anónima, se requiere de la valoración de un auditor independiente para calcular la cuantía de la aportación (no puedes aportar un Ford Fiesta y decir que vale 5 millones de Euros). En cambio, en las sociedades limitadas, no interviene obligatoriamente auditor o tasados, sino que son los propios socios los que otorgan un valor a la aportación, pero, cuidado, respondes personalmente de dicha valoración, por lo que si no es correcto el valor declarado incurrirás en responsabilidad.
3) Compensación de créditos
La compensación de créditos es otra modalidad de ampliación de capital, cada vez más frecuente. Su utilización se lleva a cabo en muchas ocasiones cuando, tras un préstamo de los socios a la empresa, llega el momento de pagar y la empresa no puede hacer frente a dicho reembolso. Para evitar prorrogar el préstamo o tener que acudir a otra financiación, se capitalizan esos préstamos emitiendo nuevas participaciones, o elevando el valor de las existentes, de manera que la sociedad no tenga obligación de reintegrar el préstamo y los socios no vean mermado, teóricamente, su patrimonio. Como ocurría en el caso anterior, en el supuesto de que se trate de una sociedad anónima, la capitalización de créditos requiere del informe de un auditor de cuentas independiente, no siendo necesario en las sociedades limitadas, donde los propios órganos de la sociedad deben declarar líquidos, vencidos y exigibles dichos préstamos antes de convertirlos en capital.
Analizadas diferentes formas de mejorar los fondos propios de tu empresa, ¿consideras necesario aplicar alguna de ellas a tu sociedad? ¿Qué opción consideras más sencilla y práctica?
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