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Principio de prudencia
El principio de prudencia establece que, ante la incertidumbre inherente a la gestión de una empresa, deben aplicarse los supuestos y llevar a cabo las valoraciones de forma tal que permita minimizar los riesgos tanto como sea posible (es decir, debe actuarse con prudencia). A tal fin, el principio de prudencia determina que los beneficios obtenidos por la empresa no podrán contabilizarse hasta el momento de realizar el cierre del ejercicio económico, pero en cambio los riesgos y posibles gastos deben consignarse tan pronto como se tenga conciencia de su posible existencia, incluso si todavía no se han materializado.
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