Aval
Un aval es una garantía de pago para una deuda contraída. Mediante el aval se establece un compromiso por parte del deudor de que si no afronta la deuda, tendrá un bien o soporte extra para hacer frente. Es un “seguro” de cobro por parte de la entidad que presta y financia económicamente a una empresa y/o particular.
Mediante un contrato, la parte deudora aporta un compromiso de cumplimiento de obligaciones de pago ante un tercero. Con este aval se asegura y garantiza la deuda ya que el aval suele suponer un precio – coste superior a la propia deuda.
En caso de que no se sufrague la deuda como estipulado en el contrato, el beneficiario (receptor del aval) podría hacer uso del mismo (del aval) para subsanar la deuda.
Las entidades bancarias suelen solicitar avales de cuantía referida a la deuda para realizar la financiación y/o el préstamo. También suele pedirse en el caso de un alquiler (local / vivienda). Así si un mes o varios no se paga la cuota correspondiente, se puede siempre ejecutar dicho aval.
Lo habitual es que el aval se formalice en un contrato firmado ante notario entre las partes.
Tipos de avales
Dependiendo del efecto y objetivo del aval, este podrá ser:
Aval Financiero
Es el que se trabaja cuando se pide y solicita un préstamo o crédito a un banco, caja de ahorros o cualquier entidad bancaria. Mediante este aval el banco se garantiza el pago de la deuda en caso de que se deje de abonar las cuotas. Ya sean por líneas de crédito, préstamos bancarios, letras financieras… Un aval financiero respaldará las obligaciones financieras contraídas con entidades bancarias.
El aval va a ayudar a reducir el riesgo que ofrece el empresario por lo que ayudará a mejorar las condiciones del préstamo o crédito reduciendo los intereses y los plazos de devolución.
Aval Técnico
Mediante este aval se aseguran los compromisos “no dinerarios”. Son habituales este tipo de avales para transacciones de importación y ejecución de obras. Se necesitan igualmente para participar en concursos públicos, licitaciones de obras y garantizar las obligaciones legales que se contraen con la Administración.
El aval técnico garantiza el cumplimiento de las obligaciones contractuales (no las financieras como en el primer caso).
Aval Comercial
Por último, el aval comercial ayuda a refrendar y garantizar las compraventas. Así, con el aval comercial, se garantiza el pago de las deudas adquiridas. Todo bien, cualquier tipo de bien, se puede avalar con esta tipología, con el comercial: sumas de dinero anticipadas, pagos acuenta, pagos rotativos y los suministros periódicos.
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