Cómo detectar un nicho de mercado vacío e ir a por él
Abogado especializado en la prestación de servicios jurídicos de índole tecnológica, cuando Juan Pedro Peña empezó a desempeñar esta actividad no había profesionales que se dedicasen al sector tecnológico. De aquello hace ya casi veinte años y muchos, nos explica, pensaron que era un friki.
Empezaste a trabajar para el sector tecnológico con el cambio de siglo. Debías ser prácticamente el único.
Efectivamente. Comencé mi andadura profesional en 2002 y por aquella época los abogados TICs, es decir, especializados en nuevas tecnologías, éramos “los raritos”, o “los frikis”. Piensa que, por ejemplo, la LOPD llevaba apenas tres años en vigor, las páginas web se confeccionaban con editores muy básicos en HTML, los programas informáticos ocupaban mucho en nuestros PC’s, las agendas eran en su mayoría en papel… De repente, aparecen unos abogados que usan agendas electrónicas (las famosas PALMs), se comunican principalmente por email y tienen web. Y además, tienen conocimientos técnicos, o al menos algo entienden de tecnicismo. Inaudito, especialmente en un sector tan tradicional como la abogacía.
Desde 2002 hasta hoy, especialmente en el sector de las nuevas tecnologías, ha llovido mucho.
Sí, claro. Por aquella época el mercado carecía de especialización técnica. Era un nicho vacío. Cuando salieron los primeros smartphones, supuso, en mi opinión, más que un cambio, una revolución a la hora de comunicarnos personal y profesionalmente, y a raíz de aquello surgió una normativa para regular la situación. Más adelante llegó una segunda revolución, la de las redes sociales, que también se tuvieron que incluir en la normativa. En aquel momento más compañeros abogados se interesaron por este sector, en su gran mayoría jóvenes pero también una buena parte de abogados más mayores con la visión suficiente para saber que esta era la abogacía del futuro.
¿En qué punto te encuentras ahora? Porque la tecnología -y por consiguiente las normativas asociadas- sigue avanzando a gran velocidad. Como abogado, ¿te sientes inmerso en ese proceso de evolución constante?
Evolucionar es parte de mi ADN. Durante más de doce años estuve prestando mis servicios íntegramente para el sector de las empresas ISP y teleco, pues entendí que había una necesidad de servicios jurídicos especializados en su actividad. Pero hace tres años decidí ampliar mis horizontes en este sector, ya que me di cuenta de que, curiosamente, estas empresas estaban recibiendo servicios jurídicos especializados en su actividad, pero no unos servicios jurídicos empresariales de calidad. Por eso me asocié al despacho jurídico Iberolex, desde donde prestamos servicios jurídicos TIC y no TIC a este sector. En la actualidad, estamos también explorando otros campos, como compliance o cumplimiento normativo.
En el nivel práctico, utilizamos todos los medios que pone a nuestra disposición la tecnología: prestamos servicios a través de email, mensajería instantánea, videoconferencia, etc. Ya no es imprescindible la asesoría presencial.
Supongo que tus clientes potenciales han aumentado significativamente, porque cualquiera que tiene una página web necesita asesoramiento legal para cumplir la normativa vigente.
Cierto. Nuestro principal nicho de negocio siguen siendo las empresas del sector tecnológico o que utilizan la tecnología, pero hemos ampliado mercado, ya que en realidad prácticamente todas las empresas reclaman el servicio que ofrecemos: tienen una página web, tratan datos de carácter personal y/o explotan derechos de propiedad intelectual. Por ello también forman parte de nuestra cartera de clientes emprendedores que nos presentan proyectos empresariales y que nos piden asesoramiento para comenzar todo con buen pie desde el punto de vista legal.
Sabemos que utilizas billage intensivamente. ¿Qué opinas de nuestra herramienta?
Para mí, billage es una herramienta 360, pues contempla prácticamente todos los procesos de una empresa, desde ingresos y gastos hasta comercial y gestor de tareas. Para nosotros es muy importante controlar la relación con nuestros clientes, desde que nos contratan hasta que nos encomiendan tareas y las realizamos.
Claro, tú eres un usuario convencido de las soluciones online…
¡Por supuesto! Ese es el motivo principal por el que me decidí a probar billage. Como soy un ferviente usuario de la tecnología, necesitaba tener una herramienta que englobara todos los procesos de mi actividad profesional y, además, que me permitiera hacerlo desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo.
Entonces, la app de billage te irá genial.
Tengo que decir que soy un gran defensor de la aplicación móvil, me llevé una grata sorpresa cuando la lanzasteis. Debido a la movilidad que todos tenemos, es vital que podamos acceder desde cualquier lugar a la información, y con billage lo puedo hacer. Con la app llevo todo el control de mi despacho moviendo un solo dedo.
Como “ferviente usuario de la tecnología”, supongo que te costaría poco hacerte con el programa.
No me costó nada. Lo cierto es que es una aplicación muy intuitiva y se configura fácilmente.
¿Qué funcionalidad es la que más usas?
Los abogados solemos tener clientes de iguala, es decir, aquellos que nos pagan una misma cantidad a cambio de realizar tareas. Por otro lado, solemos tener el mismo tipo de gastos. Por consiguiente, la función que más uso es la de facturas y gastos periódicos. También lo utilizo mucho para la gestión de proyectos –de hecho, este es el aspecto en el que más he mejorado gracias a billage-, ya que necesito saber en todo momento en qué punto está el trabajo.
Nos decías que billage es una herramienta 360, porque con ella controlas todos los aspectos de la gestión. ¿Te supone un gran ahorro de tiempo?
Es un ahorro en tiempo y en tranquilidad. Hay muchos procesos automatizados, de tal forma que me deja más tiempo para otras labores.
Web de Juan Pedro Peña, Abogado Jurídico TICs
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