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Relaciones entre el sujeto pasivo, el contribuyente y los impuestos directos e indirectos


Sujeto pasivo, contribuyente, impuestos directos e indirectos…. ¿nos aclaramos?   Existen ciertos términos que, a veces, causan cierta confusión o parecen sinónimos (pero no lo son) y que tienen impacto en la forma en que presentamos y liquidamos nuestros impuestos, solicitamos alguna deducción tributaria o hasta fijamos un precio de nuestro servicio o producto. Te ofrecemos una breve guía de algunos términos y cómo se relacionan entre sí, esperando que te ayuden a tomar mejores decisiones en tu negocio.

El sujeto pasivo y el contribuyente

Quizás, cuando lees sobre algún artículo sobre una temática fiscal o recibes una notificación de Hacienda, se te presenta la siguiente duda: ¿cuál es la diferencia entre sujeto pasivo de un impuesto y el contribuyente? ¿Se trata de sinónimos, son la misma persona? ¿Cuál es la diferencia, si es que la hay?

La diferencia del sujeto pasivo y el contribuyente

  • El sujeto pasivo es la persona, ya sea jurídica o física, deudora del pago de una obligación tributaria, es decir, es el individuo realmente obligado frente al Estado (Hacienda) de que la obligación se ha cumplido.
  • El contribuyente, en cambio, es aquel quien realmente paga la deuda tributaria. En el caso del IVA en España, el ejemplo es bastante claro: el sujeto pasivo es la empresa que produce el bien o brinda el servicio y el contribuyente es el consumidor final. El consumidor paga el IVA pero Hacienda no le preguntará ni lo perseguirá para saber si lo ha hecho. En cambio, Hacienda controlará con bastante rigor a la empresa a que declare (y devuelva) el IVA cobrado a los consumidores.

Impuestos directos

La distinción cobra especial relevancia en los impuestos indirectos y carece de utilidad práctica en el caso de los impuestos directos. Cuando el impuesto es directo, el sujeto pasivo y el contribuyente es la misma persona. El ejemplo más claro y conocido de impuesto directo es el de la renta (IRPF). Un individuo o una empresa obtiene un ingreso y sobre eso (sin importar si realmente se trata de un beneficio neto) el gobierno aplica una alícuota (hoy en día, las alícuotas más comunes son el 9% o 15% de acuerdo a determinadas circunstancias específicas) y le exige a las personas afectadas que “directamente” lo paguen.

Otro impuesto muy común, dentro del grupo de los impuestos directos, es el Impuesto Patrimonial. Tienes determinado patrimonio, debes abonar al Estado los porcentajes correspondientes. Los impuestos directos son quizás los tributos a que estamos más familiarizados o comprendemos mejor, ya que nos influyen de modo de directo y que no solo tenemos que abonarlo sino que, a su vez, declararlo, ya que somos “sujeto pasivo y contribuyente”: Pagamos y estamos obligados frente a Hacienda de que ese pago se ha hecho correctamente.

Impuestos Indirectos

Por otro lado, el impuesto indirecto es, quizás, al que menos importancia le damos (porque no tenemos que realizar presentaciones) pero que seguramente, en el que más dinero gastemos. El IVA, como comentábamos, es uno de ellos, el impuesto al tabaco, es otro y otros tantos etc., como pueden ser el impuesto al alcohol o a la gasolina.

Autónomos

Nosotros, como autónomos, solemos cobrar el IVA para luego devolverlo a Hacienda en cada presentación trimestral. En la factura que emitimos, estamos obligados (en la mayoría de los casos) a incluir el 21% correspondiente al IVA, y en el ejercicio correspondiente, en nuestra presentación del Modelo 390 o Modelo 303 pagar en el banco esa devolución. Hay quienes lo toman como un crédito que nos da el Gobierno y que luego debemos devolver. En última instancia, el Gobierno delega en nosotros el cobro del impuesto. Realizamos la tarea que ellos no pueden o están incapacitados para hacer por una cuestión de (escasos) recursos.  

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Importancia práctica de la distinción

Esta distinción entre impuesto directo e indirecto, cobra bastante importancia en el ámbito de las deducciones fiscales. La deducción es la posibilidad de “restar” ciertos gastos establecidos por ley de lo que tienes que pagar por un impuesto. A los efectos de la deducción, en los impuestos directos, tendrás un porcentaje fijo de esos gastos que has realizado, por ejemplo, en el caso de IRPF, por una donación que has hecho, o gastos de servicios de salud, o por ser madre trabajadora. En cambio, en los impuestos indirectos, lo que puedes deducirte es el impuesto de ese gasto.

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Es decir, tomando como ejemplo el IVA, si has adquirido un portátil para tu empresa o una impresora, lo que puedes deducir (o restar de tu declaración de IVA) es el IVA del portátil o impresora (si es que no lo has comprado con el descuento que a veces otorgan algunos comercios y que no te agregan el IVA).   ¿Se te ocurre que comprender estas diferencias entre sujeto pasivo y contribuyente e impuesto directo e indirecto podría ser útil a los fines de tu gestión dentro de tu negocio para ajustar algún precio del servicio o bien que ofreces?

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